14/2/18

J. G. Hamann. Recuerdos socráticos. Aesthetica in nuce


J. G. Hamann.
Recuerdos socráticos.
Aesthetica in nuce.
Traducción, introducción y notas 
de J. Rafael Hernández Arias.
Hermida Editores. Madrid, 2018.

Hermida Editores publica por primera vez en español dos obras de J. G. Hamann (Könisberg, 1730- Münster, 1788), un heterodoxo de la Ilustración, un raro que matiza con su sombra el espíritu del Siglo de las Luces, como señala en su Introducción el responsable de esta edición, J. Rafael Hernández Arias, que destaca “su peculiar sabiduría, su peregrino estilo y su ‘carácter’ filosófico.” 

Opositor a las teorías de la Ilustración, reaccionario y crítico con el dominio absoluto de la razón ilustrada, su irracionalismo lo valoraron especialmente románticos como Jean Paul, que escribió: “El gran Hamann es un cielo profundo lleno de estrellas telescópicas y muchas brumas que no hay ojo humano que pueda penetrar.”

Nació y estudió en Könisberg, la ciudad donde vivió Kant, con quien mantuvo una relación de amistad y discrepancia. Para Goethe, fue “la cabeza más brillante de su tiempo.” Lo elogiaron Hegel y Kierkegaard, Nietzsche y Jünger, pese a su estilo difícil y a veces críptico, alejado voluntariamente de la claridad racionalista. Isaiah Berlin le dedicó un ensayo en el que lo situaba en los orígenes del irracionalismo moderno. Sin fe en el hombre, ni en la razón ni en el progreso, Hamann defendió la revelación frente a la razón, la intuición frente al análisis. Quizá por eso fue conocido como El Mago del Norte.

Este volumen breve recoge, en edición anotada, dos de sus obras más significativas: Recuerdos socráticos (“He escrito sobre Sócrates de una manera socrática”), que propone una interpretación cristiana de Sócrates frente a la reivindicación ilustrada de su figura, y Aesthetica in nuce, un escrito polémico (“¡En esta nuez estética todo sabe a vanidad!”) en el que Hamann defiende la intuición, el sentimiento y la emoción como instrumentos de conocimiento del mundo frente a las limitaciones de la razón. 

Escritos con un tono profético y sapiencial, con un estilo difícil, cabalístico y a veces críptico, bastan estos dos opúsculos para acercarse a su actitud disidente y para tener una visión más matizada de lo que fue el panorama de la Ilustración, menos plano y homogéneo de lo que se cree.

Santos Domínguez