1/1/18

Andrés Trapiello. Mundo es


Andrés Trapiello.
Mundo es.
Pre-Textos. Valencia, 2017.

“Me parece bien dejar que estos libros se vayan haciendo un poco solos. Comprendo que se les reproche la falta de cultivo o cultivarlos en estos arenales nuestros, pero entiéndase también que quiera yo «sembrar avena loca ribera de Henares». Me gustaría que se tomara esta mía por literatura estival. Y que quede a la orilla de un camino o de un río, alegrando a los que pasan. Si pasan; y si no, ya pasarán. Hay tiempo. No cabe por mi parte mayor sinceridad”, escribe Andrés Trapiello en el prólogo de Mundo es, vigésimo primera entrega del Salón de Pasos Perdidos, la novela en marcha que publica Pre-Textos.

Este volumen, que recoge el diario correspondiente al año 2007, toma su título de una frase escéptica sobre el paso del tiempo de La Celestina de Fernando -no Francisco, como dice la cita- de Rojas: “Mundo es, pase, ande su rueda, rodee sus alcaduces, unos llenos, otros vacíos.”

Entre la madrugada del primer año –“¿Qué combates nos esperan para el año que viene?”- y la noche cerrada de Nochevieja –“¿Y si esto es un escribir como se vive?”- recorre estas páginas, como las de las veinte entregas anteriores, el yo de la autoficción narrativa más que el de la confesión. 

Porque, escrito como diario y publicado como novela con la distancia de los diez años que transcurren entre los hechos, su reelaboración y la edición del libro, acaba siendo más importante la tercera persona narrativa que la primera de la autobiografía. Y por eso el yo de estos diarios, a la manera de Rimbaud, es otro.

El otro y el mismo que, entre las calles de Madrid y las callejas de Las Viñas, vive días nublados y mañanas de luz transparente, escudriña el Rastro y lee conferencias, habla de su vida familiar, de poetas y editores, de amigos y saludados, de vivos y muertos, de lecturas y conversaciones, de viajes y recuerdos en un libro lleno de personajes y paisajes, de fragmentos de vidas e historias porque “sin historias, ¿qué es la vida?” Historias de un viaje a Colombia y un homenaje a García Márquez, de librerías de viejo y bajezas del mundillo literario, de relecturas de Proust y capeas en la España profunda, de un ministro monóxilo y otras pompas.

Claros y oscuros, humor y melancolía, aforismos y descripciones levantadas sobre un eficaz estilo invisible por un transeúnte de la vida y sus fragmentos. Un transeúnte -sobre todo- de sí mismo.

 Santos Domínguez