15/6/15

Memoria, lenguaje y trauma en Félix Grande


Pilar Cáceres.
Memoria, lenguaje y trauma 
en la obra de Félix Grande.
Carpe Noctem. Madrid, 2013.


Llega un momento en que uno comprende como oficiante de las palabras, como escritor, como sirviente de las palabras, que sin la memoria no hubiera sido posible ser un escritor, que sin la recuperación a través de la memoria de acontecimientos originarios y de llagas originarias, de deslumbramientos originarios, no se podría haber acumulado esa cuenta corriente emocional sobre la que después te asientas para trabajar con las emociones, es decir, para trabajar con las palabras, explicaba Félix Grande en 2007 en una entrevista.

En esas frases están las claves que indaga Pilar Cáceres en Memoria, lenguaje y trauma en la obra de Félix Grande, que antes de ser reelaborada en un formato menos académico y más ensayístico para este libro que publica Carpe Noctem, fue la tesis doctoral que la autora defendió en el Queen Mary de la Universidad de Londres.
Se trata de una brújula muy útil para orientarse en el territorio de la escritura de Félix Grande, que en gran medida concibe su obra como una manera de poner orden en su memoria biográfica y ética, como una manera de ponerse en paz consigo mismo y con sus recuerdos. Como una manera de restañar la herida casi prenatal que nunca cicatrizó del todo en su memoria.

Lo explicó el poeta con estas palabras definitivas: Todo mi oficio se reduce a buscar sin piedad ni descanso la fórmula con que poder vociferar socorro y que parezca que es el siglo quien está aullando esta maravillosa palabra.

La escritura se convierte así en alternativa a la muerte y al olvido, a la culpa y a la pérdida, y a su expresión más destructiva al silencio, porque -señala Pilar Cáceres-el trauma se manifiesta como /.../ el fenómeno del silencio por antonomasia.
Con esa perspectiva, el estudio de Pilar Cáceres es un recorrido iluminador por claves como el desarraigo y el trauma, la memoria y el olvido, el insomnio y la culpa, el perdón y la herida. Esa memoria herida que no acaba de cicatrizar nunca, que está todavía en el núcleo de Libro de familia, un libro posterior al de Pilar Cáceres, que naturalmente no lo recoge en su estudio, aunque sí lo pronostique, porque de alguna manera ese libro epilogal es también un crisol en el que se destilan las constantes de su obra.
Santos Domínguez