22/4/15

Nuria Barrios. Ocho centímetros


Nuria Barrios.
Ocho centímetros.
Páginas de Espuma. Madrid, 2015.

¿Qué eran ocho centímetros? Apenas nada. La longitud de un cigarrillo, de una barra de labios, del dedo corazón...

Ocho centímetros es la distancia -a veces frágil, a veces imposible de salvar- que separa la felicidad del dolor. Lo asegura el Tío Caracoles, pastor de una iglesia evangélica de la Cañada Real de Orcasitas a propósito de la pierna de una niña en el primer cuento -Ocho centímetros-, que da título al volumen de relatos que publica Nuria Barrios en Páginas de Espuma.

Las once historias, narradas con la voz del dolor, forman un conjunto que no es una mera sucesión de relatos, porque establecen conexiones transversales entre ellas a través de personajes que pasan de unos a otros y funcionan como hilos conductores que cohesionan el conjunto.

Variados en perspectivas y en voces narrativas, los once relatos del libro se mueven en ese límite estrecho, en esa distancia insalvable de ocho centímetros que marcan la línea de sombra que separa la plenitud y el desgarro. De los hospitales en los que los enfermos yacían en su cama con la vista perdida, igual que esas ballenas que quedan varadas en la playa, tumbadas de lado, con un ojo azul y perplejo abierto al cielo a los suburbios en medio de la nada, hay también una serie de ambientes y de temas que comunican unos cuentos con otros.  

Entre la pasión amorosa y la crueldad, entre la enfermedad y el abandono, entre la droga y las problemáticas relaciones de pareja, entre la intensidad y la huida, unos relatos remiten a otros y establecen una red de relaciones convergentes a través de varias miradas femeninas cruzadas sobre las vidas al limite que recorren estos textos.

Y en medio de ese espacio de cenizas y oscuridades asoma siempre la inconsistencia de la vida, la fragilidad de unos personajes vivos, contradictorios y complejos construidos con la prosa eficaz y ajustada de Nuria Barrios, que confirma con este libro su acreditada solvencia como narradora.

Santos Domínguez