31/8/13

Ángel Rupérez. Sorprendido por la alegría


Ángel Rupérez.
Sorprendido por la alegría.
Bartleby Editores. Madrid, 2013.

Entre los cimientos de la identidad, el paisaje familiar de la infancia y un agudo sentimiento de la temporalidad, la poesía serena y meditativa de Ángel Rupérez evoca en Sorprendido por la alegría (Bartleby Editores) al padre enfermo con un ruido de fondo de fuentes y pájaros sin tiempo.

Una poesía cuya hondura se ancla en la memoria, en la emoción recordada en tranquilidad de la que hablaba Wordsworth, junto con la de Emily Dickinson o la de Luis Cernuda una de las presencias más significativas de estos textos llenos de destellos y de sentimiento del paisaje.

Junto con la naturaleza y el recuerdo, en la armonía del pasado y el presente, la música, la luz, la pintura de Rembrandt, los ámbitos urbanos en una constante celebración de la vida, ese eterno retorno: para que no nos deje la luz, / ni nos abandone el entusiasmo.

Santos Domínguez

30/8/13

Mauricio Wiesenthal. Perdido en poesía




Mauricio Wiesenthal.
Perdido en poesía.
La Isla de Siltolá. Sevilla, 2013.

La fuerza de la respiración y el ritmo del aliento distinguen a cada poeta, escribe Mauricio Wiesenthal en la presentación de Perdido en poesía, el volumen en el que La Isla de Siltolá recoge su poesía inédita.

Métrica rigurosa y reflexiva, sensualidad de la palabra meditativa, búsqueda de la armonía son algunas de las claves de unos versos en los que la emoción y la experiencia, la memoria y las iluminaciones construyen una poesía que aspira a conseguir, en palabras de su autor, el aire puro de la oración, la belleza limpia de las aristas glaciares y el refugio de la soledad enamorada.

Una reunión de textos de diversos libros y tonalidades que culminan en el delicado aire de jardín andalusí que tienen los Poemas del Astrónomo, herederos de aquellos poetas que llegaron de Siria o de Bagdad a darnos lecciones de sentidos: No te apiades de mi vejez porque, desde el día que te fuiste con mi juventud, he esperado, con ansia, la triste hora enlutada de los cabellos blancos.

Santos Domínguez

29/8/13

Alfredo Rodríguez. Urre aroa



Alfredo Rodríguez.
Urre aroa.
Seis poetas de Tierra Naba.
Los papeles del sitio. Sevilla, 2013.

Seis poetas nabarros - así, a la manera antigua vascuence- que podrían haber existido. Los que reúne Alfredo Rodríguez en Urre aroa, un volumen espléndidamente editado con tipografía Ibarra en Los papeles del sitio.

Entre Henrique de Ariztarai –el mayor poeta de los nabarros- y el sefardí Inaxio de Huvilzieta, seis complementarios, seis poetas apócrifos que escribieron a las puertas del Renacimiento. Seis poetas necesarios que Alfredo Rodríguez convoca con unos versos que son su verdadera fe de vida.

Seis poetas que viven en unos versos atravesados por la emoción y escritos a prueba de siglos, ajenos al tiempo y a sus destrucciones. Vivos en una memoria sucesiva de vida y muerte en la que se superponen el poeta real y sus criaturas: Yo soy el que cerraba las puertas de la noche.

Santos Domínguez

28/8/13

Michael Hamburger. La vida y el arte



Michael Hamburger.
La vida y el arte.
Antología poética.
Edición y traducción de Matías Serra Bradford.
Lumen. Barcelona, 2013.

Sebald trazó de él un retrato inolvidable en Los anillos de Saturno. Michel Hamburger (1924-2007), que llegó a Inglaterra en 1933 huyendo con su familia del nazismo, pasó su vida tendiendo puentes entre el inglés y su lengua materna y entre su casa y la naturaleza desatada de un jardín asilvestrado.

Si lo primero lo convirtió en un poeta inglés de Alemania y en un prestigioso traductor de poesía alemana – sobre todo Hölderlin y Celan- al inglés, lo segundo –la mirada a la naturaleza- constituye el núcleo de su mundo poético, en el que, como otros poetas ingleses, aunó naturaleza y estudio, contemplación y pensamiento: En la media luz tardía, la tierra / nos deshereda por completo.

Hamburger es poeta de descampado, poeta con gato y con paisaje, autor de una poesía de la mirada y la memoria, de unos textos que aspiran a decir lo indecible, a expresar lo inefable. Por eso los mejores poemas –dice Hamburger- son los que saben más que yo, incluso acerca de mí mismo, los que sorprenden en primer lugar al poeta en la revelación de lo oculto, los que descifran un secreto.

Esta es la primera antología individual en español de Hamburger, al que este mismo traductor, Matías Serra Bradford, incluyó en la amplia muestra de poesía inglesa La isla tuerta (Lumen), en la sección Excursionistas.

Santos Domínguez

27/8/13

José Ramón Ripoll. Piedra rota




José Ramón Ripoll.
Piedra rota.
Tusquets. Barcelona, 2013.

¿Te ofreces por azar al caminante / o eres tú, piedra rota, el principal motivo de su rumbo?

En la orilla del mar, una piedra rota se convierte en símbolo del mundo, en metáfora de un tiempo sin tiempo, / tiempo sin espacio. / Sólo un punto inasible en el vacío.

En torno a ese eje gira Piedra rota, el último libro de José Ramón Ripoll, que acaba de publicar Tusquets en su colección Nuevos textos sagrados. Porque esa piedra rota es también un espejo del poeta: has llegado hasta aquí para anunciarme, / no tu largo viaje, / sino mi rostro.

Y así, organizado en una secuencia  progresiva- Encuentro, Reconocimiento y Abandono- se desarrolla un texto de intensidad creciente, porque Piedra rota es un poema unitario articulado en una estructura musical con un preludio y esas tres partes -tres movimientos de un mismo proceso espiritual- que sostienen la búsqueda interior sobre la que se construye esta poesía interrogativa en busca de respuestas y de iluminaciones: Es luz este vacío.

Santos Domínguez

26/8/13

Rafael Saravia. Carta blanca



Rafael Saravia.
Carta blanca.
Calambur. Madrid, 2013.

Carta blanca, el cuarto libro de Rafael Saravia, responde a un doble impulso imprescindible en la poesía: la mirada crítica a la realidad y el compromiso ambicioso con el lenguaje.

Por eso sus referentes poéticos, que van de Valente y Pérez Estrada a Gamoneda, Gelman o Mestre, inspiran ese doble impulso, sostenido con variaciones en las tres partes en que se articula el libro -Solo, Hasta que llegue diciembre y Carta blanca- y en unos poemas que pasan de lo íntimo a lo público, de la indignación al amor, de la búsqueda a la insurgencia, para combinar intensidad de lenguaje y altura de voz entre la fidelidad a la memoria y la militancia infatigable en la utopía.

Un ejemplo, estos versos del espléndido Tiempo de contar: Con el tiempo, se hizo medible la esperanza... / La premura se acomodó en el segundo, / el ímpetu en la hora, el cambio en el día, / la razón en los meses venideros, / el poema en cada sentencia futura.

Santos Domínguez

25/8/13

Montaigne. Ensayos completos






Michel de Montaigne. 
Ensayos completos. 
Traducción de Almudena Montojo.
Introducción y notas de Álvaro Muñoz Robledano.
Cátedra. Biblioteca Avrea. Madrid, 2013

Hablar del ensayo sin mentar al padre es algo parecido a un parricidio freudiano e imperdonable.

Esta espléndida edición en Cátedra Avrea de los Ensayos completos de Montaigne, traducidos por Almudena Montojo, anotados y prologados por Álvaro Muñoz Robledano, reúne en un cuidado tomo los ensayos de aquel Miguel de la Montaña que admiraba un castizo Quevedo.

Este es un libro de buena fe, lector, decía Montaigne en la presentación al lector de sus Ensayos. Cuando los publicó en 1580, adelantándose en un cuarto de siglo al Quijote y en dos décadas a Hamlet, no sólo se convertía en uno de los padres de la modernidad. Estaba fundando un género que ahonda en el conocimiento de sí mismo -yo mismo soy la materia de mi libro- y que indaga subjetivamente en la realidad, porque, explicaba, esto que aquí escribo son mis opiniones e ideas; yo las expongo según las creo atinadas, no para que se las crea. No busco otro fin que descubrirme a mí mismo.

Todo eso empezó con estos Ensayos, con un Montaigne en estado puro: intelectual lúcido, humanista comprensivo y escritor irónico que, a la vez que creaba el nuevo género del ensayo, usaba en su prosa el estilo de la libertad, un estilo intermedio entre la altura literaria y el uso corriente.

Así empezó a consolidarse un modelo estilístico capaz de combinar la elegancia y la transparencia. Pero no se trataba de una mera cuestión de estilo, sino de algo más hondo y más transcendente: de la construcción de un modelo cultural y social que sería durante décadas el más representativo de la modernidad literaria en Europa.

Santos Domínguez



24/8/13

Andrés Trapiello. Miseria y compañía



Andrés Trapiello.
Miseria y compañía.
Pre-Textos. Valencia, 2013.

Pre-Textos publica Miseria y compañía, la decimoctava entrega de Salón de pasos perdidos, los diarios diferidos de Andrés Trapiello. Desde aquel ya lejano El gato encerrado, los diarios del leonés llegan ahora al año 2004. A debida distancia, las notas de aquel año, en las que ya importa menos el tiempo que el recuerdo, se reelaboran con creciente ironía, en la lengua de los melancólicos, como la define Trapiello.

Entre un estremecedor episodio inicial con una liebre nocturna en el invierno y un acoso cibernético para acabar el año, Las Viñas, el Rastro, las exposiciones, la vida literaria... Miseria y compañía trata de lo de siempre en esta novela en marcha que es, como la vida, siempre igual y siempre distinta.

Con Cervantes, Galdós, Baroja, Gómez de la Serna o Gaya al fondo, situaciones absurdas -como la insufrible conferencia del filósofo italiano Giorgio Agamben en el Círculo de Bellas Artes- o dramáticas, como los atentados de Atocha, privadas o públicas, significativas o intranscendentes por las que discurre el  merodeo deambulatorio del personaje; la literatura, la pintura, los amigos o los enemigos, la vida familiar o los libros, sus referentes temáticos; el subgénero de la vida literaria, las fobias indisimuladas y tenaces, el campo de visión sobre el que se proyecta la mirada solanesca y la afilada prosa barojiana de Trapiello. El morbo añadido del cotilleo cultural, las claves identificadoras del personaje que se esconde detrás de una inicial, añaden una propuesta cómplice al lector, una invitación a mirar por la cerradura un baile de máscaras en que cada uno –incluido el narrador distante y autocompasivo - desempeña su papel de convidado del autor que desde hace más de veinte años escribe estos libros adictivos para sus lectores.

Santos Domínguez

23/8/13

Soseki. Sueño de la libélula


Natsume Soseki.
Sueño de la libélula.
Edición de Fernando 
Rodríguez-Izquierdo.
Satori. Gijón, 2013.

Sueño de la libélula, de Natsume Soseki, es uno de los libros que inauguran la bellísima colección Maestros del Haiku que ha empezado a publicar Satori, la editorial gijonesa especializada en la cultura del Japón. Publicado a la vez que las Sendas de montaña de Basho, los dos volúmenes inaugurales –se anuncian otros títulos de Shiki o Akutagawa-, editados en un delicado y manejable formato en octavo menor, han sido preparados por Fernando Rodríguez-Izquierdo, que se ha ocupado de la selección, traducción, introducción  y notas de dos títulos que resumen el canon del haiku.

La mirada espiritual a la naturaleza, el paisaje como proyección de los estados de ánimo, la concentración expresiva, la sugerencia sutil, la leve melancolía hacen de estos haikus una de las manifestaciones más estilizadas de la poesía universal.

Poco importa ante la fuerza de estos textos saber que Basho vivió en el XVII, porque parece un contemporáneo en su ironía autocrítica o en la contemplación de la naturaleza, o que Soseki, más conocido como narrador, abandonara este tipo de literatura cuando se le diagnosticó una úlcera gástrica que acabaría deteriorando su organismo. Lo importante, lo que queda para siempre, es que en estos haikus se sigue oyendo el ladrido de un perro en la noche lluviosa y el ruiseñor sigue cantando en un sauce dormido en una fiesta en la que se unen los sentimientos y las sensaciones para crear una poesía imperecedera.

Dos características destaca Fernando Rodríguez-Izquierdo en su introducción a la antología de setenta haikus inéditos en español de Natsume Soseki: la progresiva depuración de su estilo y la disolución de su identidad personal en la naturaleza.

La estilización de su mundo lírico y la interiorización del paisaje dan a los haikus de Soseki un intenso contenido conceptual o metafórico que muchas veces es resultado de una elipsis:

Cayeron hojas,
y el viento las encumbra
sobre las torres.

El otoño, la niebla, la cellisca, la lluvia desdibujan en estos textos el contorno de las cosas, los perfiles del propio poeta y de su identidad borrosa:

Por la ciudad me muevo,
entre ocres de neblina:
mera silueta.

En muchos de estos haikus se solapan la mirada exterior y la meditación en un simbolismo del paisaje que expresa el interior del que lo mira. Una aguda conciencia del tiempo fugaz en la contemplación del agua que fluye, en la fuerza destructiva del granizo, en la sucesión de las estaciones o en esa flauta que se despide entre la indefinición de los puntos suspensivos y de la bruma:

Yendo va ..., yéndose...;
y entre brumas, su flauta
de despedida.

Santos Domínguez

22/8/13

Para llegar a La Habana


Enrique Sacerio-Garí.
Para llegar a La Habana. 
Prólogo de Norberto Codina.
Bartleby Editores. Madrid, 2013.

Me preguntan por mi poética y la respuesta rápida es que tiene que ver con Cuba, con fechas y hechos (mejor dicho, lo hecho), vivencias aparentemente desparramadas, semillas que producen raíces interreales. Lo interreal es lo sencillo y concreto con un doble sentido de ausencia y conciencia histórica intertextual. Mi poesía tiene que ver con la distancia que me separa de Cuba y las distancias que me acompañan en lo cotidiano, afirmaba Enrique Sacerio-Garí (Sagua la Grande, 1945) en una ponencia que leyó en la sesión "La literatura cubana de la diáspora" que se desarolló en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, el 7 de diciembre de 2002.

Y esas claves de su poética son las que que vertebran su último libro, Para llegar a La Habana, que acaba de publicar Bartleby con un elocuente prólogo de Norberto Codina.

Entre Lezama (Para llegar a Montego Bay) y Cortázar  (Para llegar a Lezama), entre Sagua y La Habana, entre la nostalgia y la esperanza, Para llegar a La Habana es un constante viaje de ida y vuelta en el que se confunden el telar de Penélope con su continuo ir y venir y la figura de Ulises, en un trayecto desde el presente al pasado, desde las ciudades del mundo hasta el paisaje original de la infancia desde Estados Unidos a Cuba, porque no hay más Sur / que Cuba / desde lo southernmost / ni más norte / que Martí.

Travesías del presente en un espléndido conjunto de poemas del regreso, con un agudo sentido de la temporalidad y una insistente búsqueda de la identidad entre las referencias autobiográficas y las alusiones metapoéticas: Quién nos va a decir / lo que hacían nuestras abuelas en 1898, / ¿quién logra ver lo que conforma sus manos?, / ¿una copa de cristal fino, un diamante / o la hora más oscura de los carboneros?
Santos Domínguez

21/8/13

El Libro de los Cantos




El Libro de los Cantos.
Edición y traducción 
de Gabriel García-Noblejas.
Presentación de Luis Alberto de Cuenca.
Alianza Literaria. Madrid, 2013.

En una espléndida edición bilingüe, con traducción y estudio preliminar de Gabriel García-Noblejas, Alianza Literaria publica El Libro de los Cantos, el libro de poemas más antiguo de China y uno de los grandes monumentos literarios de su cultura.

Tres mil años tienen los poemas más antiguos que se recogen  en este libro, uno de los cinco que forman la base de la civilización china. Un volumen que reúne trescientos cinco textos de carácter lírico o épico en los que campesinos sin nombre celebran los ciclos agrícolas y las cosechas, reniegan de las guerras y de los señores que los explotan y evocan ríos con orillas propicias para el amor o la nostalgia.

Anónimos y orales, ligados a la vida colectiva, al trabajo agrícola o a las danzas de fertilidad; rituales, populares o satíricos, heroicos o reivindicativos, se organizan en cuatro secciones –Cantos de los Reinos, Cantos menores, Cantos mayores y Cantos ceremoniales- que hablan de la familia, la religión y el gobierno.

Las estaciones del año, el amor y el tiempo, la lírica femenina, el lamento de la ausencia del amigo en escenas de interior o en proyecciones sentimentales en el paisaje, la capacidad evocativa y la sugerencia del lenguaje metafórico de animales y flores son algunos de los rasgos de unos textos que tienen –pese a su lejanía espacial y temporal- un cierto aire de familia que los emparenta en su carácter femenino con las cantigas, las jarchas, los villancicos o las cançós. Con la sencillez de su esquema métrico se suceden temas universales como el amor o el tiempo, se cultivan ciertas estructuras geométricas o reiterativas para expresar el deseo o el miedo a la muerte, unidos en un anticipo del carpe diem latino, se oye la canción que alivia la dureza del trabajo o celebra las fiestas y los ciclos estacionales, la que acompaña a la danza o conjura a los espíritus que protegen la casa o amenazan las cosechas.

Santos Domínguez

20/8/13

Luis Izquierdo. La piel de los días



Luis Izquierdo.
La piel de los días.
Lumen. Barcelona, 2013.

El viaje y la pintura, Velázquez, Goya, los abstractos, con la música al fondo, conviven con “cierto aire de crónica cotidiana” y de mirada crítica y retrospectiva sobre el siglo XX y sus variadas barbaries en los textos de La  piel de los días, de Luis Izquierdo (Barcelona, 1936), que publica Lumen.

Ironía, experiencia y reflexión del jubilado melancólico que se autorretrata en su última entrega poética, en la que el paso del tiempo –el dibujo del tiempo es imposible- va proyectando su sombra nocturna sobre el paisaje y las calles de la ciudad.

Con un irónico intermedio úrsido, los días iniciales y los días finales de sus dos partes combinan la palabra discursiva organizada en silvas y la abstracción para construir una poesía que se convierte en lugar de encuentro entre la memoria y el futuro: escribir y entender que a cierta edad / la belleza es también melancolía.

Santos Domínguez

19/8/13

Lêdo Ivo. Aurora




Lêdo Ivo.
Aurora.
Traducción de Martín López-Vega.
Pre-Textos. Valencia, 2013.

Pre-Textos publica, con traducción de Martín López-Vega, la primera edición en portugués y castellano de Aurora, el libro póstumo de Lêdo Ivo (Maceió, 1924-Sevilla, 2012), uno de los grandes de la poesía en portugués de las últimas décadas, uno de esos pocos poetas con los que el lector tiene la impresión de que la poesía es una actividad indispensable que, como la luz, desciende sobre los hombres.

Y eso es también Aurora: un libro de celebración de la luz tras la sombra de la noche (Nazco ahora / -nazco de mí mismo- /al mundo luminoso /de una aurora perpetua), el amanecer al amor de un cuerpo que la oscuridad no osa esconder / a mis ojos abiertos para siempre.

Un libro que contiene poemas memorables como La verdad sobre Homero (No es cierto que Homero haya existido) En el bosque, que termina con este deseo: Busco el lugar del rayo. Quiero el trueno y el relámpago.

Santos Domínguez

18/8/13

Jaime Siles. Canon





Jaime Siles.
Canon.
Introducción de Henry Gil.
Libros del Aire. Madrid, 2013.

Un completo estudio introductorio de Henry Gil sobre la construcción del sistema poético de Jaime Siles abre la reedición de Canon en la colección Jardín Cerrado de Libros del Aire.

Tras dos plaquettes previas, Canon fue el primer libro de Siles, con el que en 1973 obtuvo el premio Ocnos. En sus poemas reconocía el jurado un rasgo que sería constante en la trayectoria de su autor: el rigor estético, al que habría que añadir la difícil tensión entre la herencia clásica y la voluntad experimental que reflejaban sus versos.

Bajo el signo de Heráclito y el tiempo, se suceden en ellos el átomo y el logos, las las revelaciones órficas y el pitagorismo, la abstracción conceptual y la búsqueda de la identidad: Continuo comenzar fluyendo siempre / en un compás de arenas fugitivas. / Mi cuerpo crece paralelo al hondo / renacer incesante de la espuma.

Cuarenta años después, con la perspectiva de una obra consolidada a partir de entonces, Canon se revela como una obertura en la que se incoan temas, tonos y formas que alcanzarían un desarrollo completo en la trayectoria posterior de Siles, autor de una de las obras más rigurosas y exigentes del panorama poético español contemporáneo.

Santos Domínguez


17/8/13

Antología de poesía checa contemporánea





Antología de poesía checa contemporánea.
Edición de Radim Kopáč.
Traducción de Patricia Gonzalo de Jesús.
Pre-Textos. Valencia, 2013

En su colección La Cruz del Sur, Pre-Textos publica una completa Antología de poesía checa contemporánea preparada por Radim Kopáč y traducida por Patricia Gonzalo de Jesús.

En edición bilingüe, una selección de diez poetas actuales que ofrecen una muestra representativa de la poesía checa después de Jaroslav Seifert, cuya figura tutelar evoca Monika Zgustová en el texto de presentación de un volumen que ofrece más de trescientas páginas de calidad y variedad poéticas y que se cierra con un epílogo en el que el antólogo, Radim Kopáč, recoge la diversidad de actitudes ante la poesía y la vida de cada uno de los diez poetas antologados.

Una muestra amplia tanto por el número de poemas seleccionados –quince en cada poeta- como desde el punto de vista cronológico, porque entre el mayor, Karel Šiktanc (1928) y la más joven, Marie Štastaná (1981) hay más de medio siglo de diferencia, la misma distancia que hay entre un abuelo y su nieta, entre tres generaciones, en definitiva, con todo lo que eso implica de diferencias vitales, ideológicas o literarias.

Desde Karel Šiktanc –“la figura poética más destacada de este libro, sin duda el más original e innovador”, en palabras de Monika Zgustová-, esta variada sucesión de estilos distintos, de temas y actitudes, de lecturas y direcciones estéticas refleja la vitalidad de una poesía felizmente heterogénea en la que las voces se han impuesto sobre los ecos, y los nombres sobre los grupos y las generaciones.

Un panorama desde los puentes de Praga.

Santos Domínguez

16/8/13

Nueva York después de muerto




Antonio Hernández.
Nueva York después de muerto.
Calambur. Madrid, 2013.

En algún lugar de su mundo dejó escrito proféticamente Rilke que el poeta es un cazador de voces. A ese designio responde Nueva York después de muerto, el último libro de Antonio Hernández que acaba de aparecer en Calambur. Su título es el del proyecto de una trilogía con la que Luis Rosales quería cerrar su obra, una idea frustrada por la enfermedad y la muerte del poeta que es el eje de este libro, un homenaje al maestro y a García Lorca, el maestro del maestro, en un cruce de caminos que terminan siempre en Nueva York, la ciudad de la muerte y de la aurora con aguas podridas y columnas de cieno.

Ese es el núcleo espacial de referencias de una compleja red de relaciones que vinculan a Rosales y Lorca en su común origen granadino, en su amistad y en el peso de la calumnia sobre el asesinato de Federico que Rosales soportó a lo largo de su vida. Nueva York, pues, vertebra este libro de Antonio Hernández y vincula a los dos poetas como la gran ciudad real y como el espacio metafórico al que Lorca dedicó su mejor libro y en el que Luis Rosales pensaba centrar su trilogía.

Y el lector no sabría decir si Antonio Hernández, que no renuncia en algunos momentos a sumar ironía y emoción en una mezcla explosiva, ha cedido discipularmente la palabra a los dos maestros para que resuman su conciencia moral y su dicción poética, o si han sido ellos los que han invadido estas páginas con sus voces poderosas e inconfundibles para habitar uno de los libros más intensos y potentes de Antonio Hernández, probablemente también el más arriesgado de toda la trayectoria de un poeta que une como pocos conciencia del lenguaje y conciencia ética. Un poeta a quemarropa que es ingenuo y cabal y sabe estremecerse.

Santos Domínguez

15/8/13

Víctor Botas. Poesía completa



Víctor Botas.
Poesía completa.
Edición y prólogo
de José Luis García Martín.
La Isla de Siltolá. Sevilla, 2012.

Un espléndido volumen, cuidado hasta el mínimo detalle tipográfico, reúne la Poesía completa de Víctor Botas (1946-1994), quince años de actividad literaria que truncó su muerte prematura.

El amor, la muerte, la historia personal, la mirada satírica son los temas con los que Víctor Botas construye una poesía singular. Breve, intensa, variada o inagotable son algunos de los epítetos con los que José Luis García Martín, responsable de la edición del volumen, caracteriza una poesía cuya singularidad reside sobre todo en el tono de voz del poeta.

Un tono de voz que empieza a tener un perfil personal a partir de Prosopon y sobre todo –paradójicamente-a partir de la peculiar reescritura de textos ajenos en Segunda mano. Es un proceso de ósmosis en el que Botas se alimenta de la tradición y devuelve esos textos en su propia voz, cada vez más inconfundible, siempre entre dos extremos, la hondura elegiaca y la sátira despiadada.

Es la cultura vivida y asimilada, alejada del adorno de bisutería del culturalismo más superficial. Con un distanciamiento que se sirve por igual de la ironía y del mundo antiguo, la vida y la literatura, la experiencia personal y el simbolismo culturalista, el humor y la amargura vertebran una obra poética que construye un universo literario tan singular y tan auténtico que el tiempo no ha sido capaz de dañarlo.

Santos Domínguez

14/8/13

Maestros del Haiku


Matsuo Basho.
Por sendas de montaña.
Edición de 
Fernando Rodríguez-Izquierdo.
Satori. Gijón, 2013.



Natsume Soseki.
Sueño de la libélula.
Edición de 
Fernando Rodríguez-Izquierdo.
Satori. Gijón, 2013.

Por sendas de montaña, de Basho, y Sueño de la libélula, de Soseki, dos autores fundamentales en la configuración y el desarrollo del haiku japonés, inauguran la bellísima colección Maestros del Haiku que ha empezado a publicar Satori, la editorial gijonesa especializada en la cultura del Japón. Esos dos volúmenes inaugurales –se anuncian otros títulos de Shiki o Akutagawa-, editados en un delicado y manejable formato en octavo menor, con setenta inéditos en español cada uno de ellos, han sido preparados por Fernando Rodríguez-Izquierdo, que se ha ocupado de la selección, traducción, introducción  y notas de unos poemas de Basho y de Soseki que resumen el canon del haiku.

La mirada espiritual a la naturaleza, el paisaje como proyección de los estados de ánimo, la concentración expresiva, la sugerencia sutil, la leve melancolía hacen de estos haikus una de las manifestaciones más estilizadas de la poesía universal.

Poco importa ante estos textos saber que Basho vivió en el XVII, porque parece un contemporáneo en su ironía autocrítica o en la contemplación de la naturaleza, o que Soseki, más conocido como narrador, abandonara este tipo de literatura cuando se le diagnosticó una úlcera gástrica que acabaría deteriorando su organismo. Lo importante, lo que queda para siempre, es que en estos haikus se sigue oyendo el ladrido de un perro en la noche lluviosa y el ruiseñor sigue cantando en un sauce dormido en una fiesta en la que se unen los sentimientos y las sensaciones para crear una poesía imperecedera.

Santos Domínguez

13/8/13

Wittgenstein. Aforismos



Ludwig Wittgenstein.
Aforismos.
Cultura y valor. 
Prólogo de Javier Sádaba.
Edición de G.H. von Wrigth.
Traducción de Elsa Cecilia Frost.
Austral. Barcelona,2013.

Con un excelente prólogo de Javier Sádaba, que hace una lectura de Ludwig Wittgenstein en clave judía, Austral publica más de quinientos Aforismos que el autor del Tractatus fue anotando entre 1914 y 1951.

Además de cuestiones filosóficas, apuntes autobiográficos, reflexiones efímeras y asistemáticas, pero llenas de intuiciones profundas y de iluminaciones sobre religión y ciencia, arte e historia, sociedad, literatura o música. Un conjunto de notas que trazan el autorretrato de uno de los filósofos más decisivos del siglo XX y desvelan algunas de las claves de su universo cultural y vital y de su evolución, pues reflejan la evolución de su pensamiento.

Menos oscuros que el Tractatus o las Investigaciones filosóficas, estos apuntes que Wittgenstein fue dejando dispersos en cuadernos para consumo propio tienen un tono cercano, pero mantienen la altura y la ambición intelectual de quien escribió en  estos aforismos: Lo que pueda alcanzar con una escalera, no me interesa. O Estoy sentado sobre la vida como el mal jinete sobre el caballo.

Santos Domínguez

12/8/13

Edith Wharton. El día del entierro



Edith Wharton.
El día del entierro.
Traducción de Susana Carral.
Breviarios de Rey Lear. Madrid, 2013.

La admirable maestría de Edith Wharton vuelve a brillar en El día del entierro, que publica Breviarios de Rey Lear con traducción de Susana Carral. 

El análisis de la crueldad y el egoísmo, una avanzada denuncia del machismo en esta novela corta que la autora de La edad de la inocencia escribió en 1930, cuando gozaba ya de un amplio reconocimiento entre la crítica y los lectores por su talento como narradora y por su valentía para poner en tela de juicio muchas de las bases de la sociedad tradicional y para convertirse en portavoz de las reivindicaciones igualitarias de la mujer en una sociedad de hombres.

Ese carácter de adelantada a su época y, sobre todo, la persistencia de comportamientos sociales como los del profesor Trenham, su protagonista, hacen que relatos como este sigan siendo intensamente actuales. Edith Wharton sumó inteligencia y sensibilidad, capacidad crítica y lucidez analítica en una obra narrativa que generó textos tan breves y tan inolvidables como este El día del entierro, que se cierra con un desenlace en el que parece oírse el eco del mejor Chejov.
Santos Domínguez

11/8/13

Mar sobre este altar

                                                  


Alfredo Piquer.
Mar sobre este altar.
Prólogo de Santos Domínguez Ramos.
Vitruvio. Madrid, 2012.

El escritor es un extranjero. Es el extranjero por excelencia, escribió memorablemente Edmond Jabès.

Lo recuerdo  mientras leo los poemas que Alfredo Piquer Garzón ha organizado en los once cantos que integran Mar sobre este altar. Once cantos que se pueden leer como los once tiempos de un poema unitario que tiene en la Odisea su modelo explícito.
                                    
A esa misma idea responden las palabras de T. S. Eliot que el poeta ha colocado como cifra y resumen del sentido de este libro, anclado en los mares vinosos de aquel Homero que nos legó la imagen de la vida como un viaje.

Como el de Ulises, el viaje que evocan los versos de este libro es un viaje espacial, pero es también un viaje en el tiempo consistente de la memoria, y sobre todo es un viaje interior, el resumen de un itinerario hacia dentro, hacia lo profundo de la emoción hecha palabra.

Desde esa condición extranjera y nocturna del poeta, expuesto a los acechos e iluminado por las hogueras, se funda el territorio del poema, en el que conviven la emoción y el lenguaje, la técnica y el llanto. 


Con esos párrafos comienza En mares extranjeros, el prólogo que escribí para Mar sobre este altar, un espléndido libro de Alfredo Piquer que publica Vitruvio en su colección Baños del Carmen.

Un itinerario poético que se cierra con este Epílogo, que muestra la potente imaginería poética de la bien templada voz del poeta y esa ambición creativa -vuelvo otra vez a mi prólogo-  que recorre los versos, las imágenes y el ritmo musical de este mar de palabras que transitan los poemas de Alfredo Piquer:



Sobre este altar se celebró el sagrado rito
que establecía el lazo y la memoria única
del gozo y el asombro.  Sobre este altar efímero
de pasión y de luz, como un  relámpago,
tuvo lugar la redención; aquí  se consumó
la fiebre de la especie.
Sobre el ara inefable se escribieron
las palabras prohibidas que ignoran y someten
al miedo y la ceniza, la piedra única
que hiende y que penetra
la negrura del mar cuando es la muerte.
Sobre este altar aconteció el milagro 
del amor y el misterio proscrito
de aquel fulgor sumido en la galerna , 
cercado finalmente por las aguas, 
anegado por la ola gigante de la ira 
que hundió su continente, 
que elevó la marea  y el oleaje oscuro 
de los días sobre su última voz 
y arrancó de raíz el lazo y la memoria de los dioses
para ahogarlo en un abismo  de desprecio  
bajo el mar  del silencio y del  olvido. 


                                 

10/8/13

Los soles por las noches esparcidos


Santiago Montobbio.
Los soles por las noches esparcidos.
El Bardo. Barcelona, 2013.

Tras veinte años de silencio, Santiago Montobbio escribió en unas pocas semanas de la primavera de 2009 una asombrosa cantidad de poemas: cerca de quinientos textos acumulados compulsivamente como un poseído por la palabra y el ímpetu creativo, en un proceso de escritura febril que se repitió en el verano y el otoño hasta casi completar el millar de poemas.

Hace dos años publicó una abundante selección de aquella actividad poética bajo el título La poesía es un fondo de agua marina. Y ahora acaba de reunir en un segundo volumen -Los soles por las noches esparcidos- los textos que quedaron excluidos de aquella primera selección.

Un conjunto de textos unidos no sólo porque responden a un mismo momento creativo y a idéntico ímpetu, sino porque insisten en la exploración de temas y actitudes que Santiago Montobbio había mostrado en el libro anterior.

La perplejidad de la mirada ante la irrupción del misterio, el destello de la revelación en los paisajes cotidianos, la evocación del pasado y el constante discurrir de lo exterior a lo interior, de la reflexión personal al diálogo con los otros, de las calles de Barcelona a la temporalidad o la conciencia del lenguaje y la defensa de la poesía como forma de consuelo y de conocimiento.

Dejo aquí no un poema, sino unas frases de la nota que explica uno de sus textos con un agudo sentido del tiempo. Estas frases resumen la importancia que tiene la temporalidad en la concepción artística de Santiago Montobbio:

el arte es registro del tiempo, y el tiempo su sangre, su savia. El tiempo lo constituye. El arte es tiempo. Escribir es registrar los latidos del tiempo. Seguir sus huellas.


Santos Domínguez

9/8/13

El plantador de tabaco


 John Barth.
El plantador de tabaco.
Traducción y prólogo de Eduardo Lago.
Sexto Piso. Madrid, 2013.


Sin las connotaciones negativas que tenía la canción del verano, este es uno de los mejores libros para este verano. 

Por su calidad, por la diversión constante que ofrecen sus páginas, por lo bien que lo ha editado Sexto Piso y por la espléndida traducción de Eduardo Lago, El plantador de tabaco, de John Barth, podría ser el libro del verano para muchos de los lectores que tengan la suerte de acercarse a esta novela voluminosa ambientada en Maryland y protagonizada por un poeta virgen y torpe de finales del XVII, Ebenezer Cooke.

Su verdadero argumento es el placer de contar por contar, con la pureza -escribe Eduardo Lago en su prólogo, El mar de todas las historiascon que Sherezade quería que se hiciera, una historia prodigiosa tras otra.

Un mar sin fondo. Uno de los mejores libros para apurar gozosamente estos días de vacaciones y recuperar el placer de leer por leer un clásico contemporáneo. No se lo pierdan. Entenderán por qué dice Eduardo Lago que esta obra ha sido una de las experiencias más fascinantes que he tenido en mi vida de lector.

Santos Domínguez

8/8/13

Truman Capote. Cuentos completos


Truman Capote.
Cuentos completos.
Varios traductores.
Compactos Anagrama. Barcelona, 2013.

Un auténtico lujo el de poder disfrutar en los Compactos Anagrama de los Cuentos completos de Capote. Hace ya casi diez años de la primera edición que recopiló en español todos los relatos de Truman Capote en el formato mayor de Panorama de narrativas y desde entonces no ha dejado de ganar lectores.

Desperdigada hasta entonces en distintos volúmenes, se reunía así por primera vez su narrativa breve, algunos de los relatos -cinco en concreto- se traducían entonces por primera vez al español y además se incorporaba al conjunto de veinte textos el inédito La ganga. 

Aunque con los lógicos titubeos de los relatos iniciales, aunque no todos tienen la dimensión de una obra maestra, Truman Capote consiguió en algunos de estos textos una altura semejante a la de Desayuno en Tiffany’s, A sangre fría El arpa de hierba. Dueño en su madurez de una poderosa y camaleónica voz narrativa y dotado de una enorme facilidad para construir con eficacia diálogos y situaciones, para evocar descripciones que revelan una penetrante mirada cinematográfica. Escritos entre 1943 y 1982, paralelamente a algunas de sus más conocidas novelas, reflejan la evolución de su mundo literario, que arranca de la influencia de Carson McCullers o Faulkner en la voz narrativa –como en los excelentes Mi versión del asunto y La leyenda de Preacher- para acabar configurando un mundo propio que culmina en tres de sus mejores relatos: Un recuerdo navideño, El invitado del día de Acción de Gracias Una Navidad.

Los presenta el novelista Reynolds Price con una introducción en la que concluye: “En su naufragio final, esta escasa colección de cuentos podría haberle parecido a Capote el menor de sus logros; pero, en el terreno de la expresión del sentimiento humano, representan su victoria más admirable.” 

Santos Domínguez